Un blog sin título

ojo con ellas…

Andan por ahí, con su atrevido miedo, portando sus cuarenta y tantos, lindas, leídas, viajadas, sensibles.

Ojo con ellas.

Vienen de cerrar una puerta con decisión, pero sin olvido. Amaron, construyeron, parieron, cumplieron.Amaron a su hombre, dieron alas a sus crías y ahora, desentumecieron las suyas: ¡ahí estaban!: intactas, brillantes,soberbias, majestuosas, listas para el vuelo: no ya las de un hornero, sí las de una gaviota, soberana y curiosa.
Saben de la vida y de tu hambre porque con su cuerpo han sabido saciarlas.

Expertas en estupidez y sus matices: se reconocieron inmersas en ella hasta el estupor y soportaron mucha hasta el dolor; sabrán distinguirla, no lo dudes.
Versadas en economía, la aplican en el gesto, en el andar y en su exacta sensualidad.
Ojo con sus caderas sabias: ya se estiraron y contrajeron, se estremecieron y agitaron.
Saben del amor, en todos sus colores, desde el rojo resplandor al mustio gris.
Sus piernas fuertes arrastran raíces todavía.

Prontas a sentir, van con una vieja canción en los labios, profunda intensidad en la mirada y delicada seguridad en la sonrisa.

Pero, si esta advertencia es tardía, y descubres que ya no puedes dejar de pensar en ella, entonces, ten cuidado de ahora en más, no te equivoques, no lo arruines: no les envíes un mensaje de texto, mejor invítale un café con tiempo; no recurras al email, preferirán sin duda un poema en servilleta. 

No les hagas promesas, no les vendas imagen, mejor exhibe tu autenticidad mas despojada. No caigas, por rellenar, en aturdido ruido vacuo, deja que respire un silencio en común.

Vienen de quemar las naves y cambiar comodidad indolente por riesgo vital.Avanzan por un camino incierto, pero elegido.
En su cartera, fotos, un perfume y algunas lágrimas.
En su mirada, una decisión…
Ojo con ellas… tal vez, si tienes suerte, hay una en tu camino.
.

Jorge Eduardo Cinto. Publicado en Escritores de Tucuman Siglo XXI

IMG_0199

espectros.

XI

También hubo líos a principios de año cuando Isa­bel se hizo novia de Esteban. En los treinta había sido famoso como actor infantil. Al crecer perdió su vocecita y su cara de inocencia. Ya no le dieron papeles en cine ni en teatro: Esteban se ganaba la vida leyendo chistes en la xew, bebía como loco, estaba empeñado en casarse con Isabel e ir a pro­bar suerte en Hollywood aunque no sabía una palabra de inglés. Llegaba a verla borracho, sin corbata, oliendo a rayos, con el traje manchado y los zapatos sucios.
Nadie se lo explicaba. Pero Isabel era aficio­nada fanática. Esteban le parecía maravilloso por­que Isabel lo vio en su época de oro y, a falta de Tyrone Power, Errol Flynn, Clark Gable, Robert Mitchum o Cary Grant, Esteban representaba su única posibilidad de besar a un artista de cine. Aunque fuera de cine mexicano, tema predilecto de las burlas familiares, casi tan socorrido por nosotros como el régimen de Miguel Alemán. ¿Ya viste qué cara de chofer tiene el tal Pedro Infante? Sí claro, con razón les encanta a las gatas.
Una noche mi padre sacó a Esteban a gritos y empujones: al llegar tardísimo de su clase de inglés, lo encontró en la sala a media luz con la mano metida bajo la falda de Isabel. Héctor lo golpeó en la calle, lo derribó y lo siguió pateando hasta que Esteban pudo levantarse ensangrenta­do y huir como un perro. Isabel le retiró la palabra a Héctor y se dedicó a hostilizarme por cualquier motivo, si bien yo había tratado de frenar a mi hermano cuando pateaba en el suelo al pobre de Esteban. Isabel y Esteban no volvieron a encontrarse jamás: poco después, aniquilado por el fra­caso, la miseria y el alcoholismo, Esteban se ahorcó en un ínfimo hotel de Tacubaya. A veces pasan por televisión sus viejas películas y me parece que contemplo a un fantasma.

Pero en aquel momento la única ventaja fue quedarme con un cuarto propio. Hasta entonces había dormido en camas gemelas con Estelita, mi hermana menor. Cuando me declararon perverso, mi madre juzgó que la niña corría peligro. La cambiaron a la pieza de las mayores, con gran dis­gusto de Isabel, que estudiaba en la Preparatoria, y de Rosa María que acababa de recibirse de secretaria en inglés y español.
Héctor pidió que compartiéramos la habitación. Mis padres se negaron. A raíz de sus hazañas poli­ciales y su último intento de forzar a una criada, Héctor dormía bajo candado en el sótano. Sólo le daban cobijas y un colchón viejo. Su antigua recá­mara la utilizaba mi padre para guardar la conta­bilidad secreta de la fábrica y repetir mil veces cada lección de sus discos. At what time did you go to bed last night, that you are not yet up? I went to bed very late, and I overslept myself. I could not sleep until four o’clock in the morning. My servant did not call me, therefore I did not wake up. No conozco otra persona adulta que en efecto haya aprendido a hablar inglés en menos de un año. No le quedaba otro remedio.

Escuché sin ser visto una conversación entre mis padres. Pobre Carlitos. No te preocupes, se le pasará. No, esto lo va a afectar toda su vida. Qué mala suerte. Cómo pudo ocurrirle a nuestro hijo. Fue un accidente, como si lo hubiera atropellado un camión, haz de cuenta. Dentro de unas se­manas ya ni se acordará. Si hoy le parece injusto lo que hemos hecho, cuando crezca comprenderá que ha sido por su bien. Es la inmoralidad que se respira en este país bajo el más corrupto de los regímenes. Ve las revistas, el radio, las películas: todo está hecho para corromper al inocente.

Así pues, estaba solo, nadie podía ayudarme. El mismo Héctor consideraba todo una travesura, algo divertido, un vidrio roto por un pelotazo. Ni mis padres ni mis hermanos ni Mondragón ni el padre Ferrán ni los autores de los tests se daban cuenta de nada. Me juzgaban según leyes en las que no cabían mis actos.
Entré en la nueva escuela. No conocía a nadie. Una vez más fui el intruso extranjero. No había árabes ni judíos ni becarios pobres ni batallas en el desierto -aunque sí, como siempre, inglés obli­gatorio. Las primeras semanas resultaron inferna­les. Pensaba todo el tiempo en Mariana. Mis padres creyeron que me habían curado el castigo, la confesión, las pruebas psicológicas de las que nunca pude enterarme. Sin embargo, a escondidas y con gran asombro del periodiquero, compraba Vea y Vodevil, practicaba los malos tactos sin conseguir el derrame. La imagen de Mariana rea­parecía por encima de Tongolele, Kalantán, Su Muy Key. No, no me había curado: el amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio.

Desde luego no volví a ver a Jim. No me atrevía a acercarme a su casa ni a la antigua escuela. Al pensar en Mariana el impulso de ir a su encuentro se mezclaba a la sensación de molestia y ridículo. Qué estupidez meterme en un lío que pude haber evitado con sólo resistirme a mi imbécil declara­ción de amor. Tarde para arrepentirme: hice lo que debía y ni siquiera ahora, tantos años después, voy a negar que me enamoré de Mariana.

2015/02/img_0459.jpg
Las Batallas en el Desierto de José Emilio Pacheco

dos tres veintitrés.

I.

si te pienso

te extraño

lo extraño

si  te pienso

me pierdo.

II.

soñé

un sillón

azul de terciopelo

un beso

debajo de un sombrero.

El Beso (1969) Pablo Picasso

El Beso (1969)
Pablo Picasso

Masacre estudiantil de 1960 en Chilpancingo, desapareció poderes en Guerrero.

Las mujeres de Chilpancingo. David Alfaro Siqueiros (litografía, 1960)

Las mujeres de Chilpancingo.
David Alfaro Siqueiros (litografía, 1960)

En 1960 estudiantes realizaron un movimiento para exigir, entre otras cosas, la autonomía de la Universidad de Guerrero. Estalló una huelga general el 21 de octubre y movimiento culminaría con la masacre de entre 17 y 19 personas (aún no hay cifra oficial) por parte de tropas del Ejército mexicano, el 30 de diciembre, en el centro de la capital del estado: Chilpancingo.

Ese día, un soldado le disparó a un electricista que colgaba una manta a una cuadra de la Universidad y murió instantáneamente. Este hecho provocó el descontento de estudiantes y ciudadanía en general que se concentraron en la Alameda Francisco Granados Maldonado. Al mismo tiempo, el Batallón de Infantería se acercó a la zona y el general a cargo sugirió a los manifestantes abrir paso a los soldados, sin embargo éstos se resistieron. Al ver la negativa, el jefe militar ordenó disparar a la multitud.

El 4 de enero de 1961, de acuerdo con lo establecido en la Fracción V del Artículo 76 Constitucional, el Senado decretó la desaparición de los poderes, ocasionado la salida definitiva de Raúl Caballero Aburto del gobierno. En su lugar, fue designado, como gobernador provisional, Arturo Martínez Adame.

El nuevo gobernador convocó a la formación de un Consejo Directivo Interino para que éste, a su vez, integrara un Consejo Universitario, el cual aprobó, en enero de 1962, la Autonomía de la Universidad y no fue hasta septiembre de 1963 que oficializa ese régimen.

Antes de la declaratoria de «desaparición de poderes”, el Senado recibió una serie de quejas contra el gobernador Caballero Aburto, al inicio no causó ningún efecto, sin embargo, en los días siguientes la situación siguió empeorando, aumentando las exigencias al Congreso de la Unión, para restablecer el orden social, por lo que se creó una comisión especial que investigó el caso.

En la sesión del 4 de enero de 1961 de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión la comisión especial del Senado de la República rindió el siguiente informe:

«Al margen de cualquier calificación ideológica, o de antecedentes que pudieran haber conducido a la situación actual que priva en el estado de Guerrero, conviene a la Comisión que nos ha sido encomendada dejar constancia de los siguientes hechos implicados.

・ Necesaria ocupación de los locales de las autoridades del estado y municipales por las fuerzas militares del Ejército Nacional, particularmente del Palacio de Gobierno de la ciudad de Chilpancingo, capital del estado.

・ La ausencia del encargado del Poder Ejecutivo del estado de la capital y la irregularidad del despacho; la ausencia del Poder Legislativo local, así como la consecuente denegación de justicia de los tribunales judiciales.

・ La manifestación de numerosas irregularidades expresadas por grupos sociales de trabajadores, campesinos, comerciantes, ganaderos, maestros, artesanos y empleados públicos, por faltas y contravenciones de los funcionarios o agentes en el despacho de la administración del gobierno.».

Después de leer ese informe durante la sesión, los senadores votaron a favor de «desaparecer los poderes».

Seré breve por un instante, a riesgo de que el tiempo se quiebre. Para ser ventana hay que saberse bañar en la lluvia y esperar a que desprenda la Luna.

Para la ventana lo más importante no es el tamaño sino lo transparente. Hay ventanas para apoyar la nariz y escribir en el vaho cualquier palabra, ventanas que hacen el mundo más pequeño y hasta sirven como espejos.

Si pudiera ser un poco más animal y menos ventana me dormiría todo el invierno o me iría volando como cualquier ave que se tenga un mínimo de respeto.

Inamovible es la ventana de enfrente. Si el alma tuviera huesos no se rompería tan fácilmente.

-mm
diciembre, 2014

vivir es fácil con los ojos cerrados: John Lennon.

Yoko Ono fotografió las gafas de John Lennon bañadas en sangre tras el disparo mortal que recibió de Mark David Chapman el 8 de diciembre de 1980. La imagen ilustró el disco que ella lanzó en 1981 bajo el nombre de ‘Season of Glass’. image En un mensaje de proresta por la violencia y el uso de armas de fuego, en marzo de 2013, Ono publicó  una fotografía en tuiter mostrando los lentes ensangrentados que supuestamente llevaba el día en que fue asesinado.

image

“Alrededor de un millón 57 mil personas han sido brutalmente asesinadas con armas de fuego en Norteamérica, desde que a John le dispararon el 8 de diciembre de 1980″. publicó en ese entonces. Posteriormente, agregó en un comunicado, “La muerte de alguien que quieres es una experiencia que te deja vacía; después de 33 años, mi hijo y yo lo echamos de menos. Cada año mueren alrededor de 31 mil 537 personas por armas de fuego; este hermoso país se está convirtiendo en una zona de guerra”.

Chespirito: graciosa violencia

Pues murió quien, con sus risas grabadas (las cuales después ya no fueron necesarias), nos hacía reír cada vez que golpeaban a un niño en la cabeza; cada vez que una señora para resolver malos entendidos cacheteaba a un señor sin escuchar explicación alguna; cada vez que unos niños le hacían burla a otros por ser obesos; cada vez que ridiculizaban a una señora por considerarla fea y vieja; cada vez que veíamos a un niño con eterna hambre; cada vez que… lo dejo para el recuerdo.

Chespirito, su legado, dicen, quedará en el corazón y, desgraciadamente, en la actitud de muchos mexicanos que todavía esperan que un chapulín con sus antenitas de vinil (no el intelecto), chicharra paralizadora y chipote chillón pueda defendernos del enemigo.

No cabe duda que hay quien hace maldad por maldad y quien la hace por ignorancia, es decir, sin querer queriendo. Ante esto no nos sorprendamos cuando veamos a niños, jóvenes y adultos reírse y divertirse cada vez que están haciendo bullying o se están golpeando y ofendiendo entre sí. Pues descanse en paz quien, sin querer queriendo, nos enseñó a reírnos de la cotidiana violencia.

— Andrea Prado Reyes.
image
(Este texto lo pueden encontrar en el Correo Ilustrado de La Jornada)

Un vistazo al crimen organizado

No es ningún secreto que el crimen organizado se lleva en América más de cuarenta mil millones de dólares al año. Se trata de un beneficio bastante respetable sobre todo si se tiene en cuen­ta el hecho de que la Mafia dedica muy poco a gastos de oficina. Fuentes bien informadas indican que la Cosa Nostra gastó menos de seis mil dólares el año pasado en papel de correspondencia personal y aún menos en grapas. Además, tienen una sola secretaria que hace todo el trabajo de mecanografía y sólo tres habitaciones pequeñas en la oficina central que comparten con el Estudio de Danza Fred Persky.

El año pasado, el crimen organizado fue responsable directo de más de cien asesinatos, y los mafiosi participaron de forma indirecta en otros cientos más, ya sea prestando dinero para el transpor­te en vehículos del servicio público o guardándoles los abrigos mientras iban por ahí a pegar tiros. Otras operaciones ilícitas llevadas a cabo por miembros de la Cosa Nostra fueron el juego, el tráfico de drogas, la prostitución, secuestros, usura y, violando fronteras estatales, el transporte de un inmenso pez rojo con fines pornográficos. Los tentáculos de este corrupto imperio alcanzan al mismo gobierno. Hace sólo unos pocos meses, dos jefes de banda con juicios federales pendientes pasaron la noche en la Casa Blanca y el presidente durmió en el sofá.

Historia del crimen organizado en los Estados Unidos

En 1921, Thomas (El Carnicero) Covello y Ciro (El Sastre) Santucci intentaron organizar diferentes grupos étnicos del hampa y, de esa manera, hacerse los amos de Chicago. Esto fracasó cuan­do Albert (El Positivista Lógico) Corillo asesinó a Kid Lipsky encerrándolo en un armario y aspirando todo el aire que quedaba en el interior con una pajita. El hermano de Lipsky, Mendy (alias Mendy Lewis, alias Mendy Larsen, alias Mendy Alias) vengó la muerte de Lipsky secuestrando al hermano de Santucci, Gaetano (también conocido como Little Tony o Rabino Henry Sharpstein), y devolviéndolo pocas semanas después en veintisiete potes de mermelada. Esta fue la señal para el inicio de un baño de sangre.

Domicik (El Herpetólogo) Mione mató a tiros a Suertudo Lorenzo (el sobrenombre se debe a que la bomba que explotó en el interior de su sombrero no pudo matarlo) a la salida de un bar en Chicago. Como respuesta, Corillo y sus hombres siguieron la pista de Mione hasta Newark y convirtieron su cabeza en un instrumento de viento. En ese momento, la banda de Vítale, dirigida por Giuseppe Vítale (su nombre real, Quincy Baedeker), se puso en acción para hacerse con toda la bebida ilegal de Harlem que ad­ministraba el irlandés Larry Doyle (un hampón tan suspicaz que se negaba a permitir que nadie en Nueva York se colocara a sus espaldas y que caminaba por las calles haciendo piruetas y dando vueltas sin parar). Doyle resultó muerto cuando la Compañía de Construcción Squillante decidió levantar sus nuevas oficinas en el puente de su propia nariz. El segundo de Doyle, Little Petey (el Gray Petey) Ross, pasó a ser el primero; resistió la invasión de Vitale y le convenció con engaños de que fuera a un garaje vacío del centro con el pretexto de que allí se iba a celebrar una fiesta. Sin sospechar nada, Vitale entró en el garaje vestido como un ratón gigante y se quedó tieso en el acto por una ráfaga de ametralladora. En señal de lealtad al jefe caído, los hombres de Vitale se pasaron de inmediato a Ross. Lo mismo hizo la novia de Vitale, Bea Moretti, una artista, estrella del éxito musical de Broadway Dí Kaddish, que terminó contrayendo matrimonio con Ross, aunque más tarde le presentó una demanda de divorcio acusándole de que en cierta ocasión le había vaporizado el cuerpo con un aceite que apestaba a moho.

Temiendo una intervención federal, Vincent Columbraro, el Rey de la Tostada con Mantequilla, pidió la paz. (Columbraro tenía un control tan rígido sobre todas las tostadas con mantequilla que entraban y salían de Nueva Jersey que una sola palabra suya podía privar de desayuno a dos terceras partes del estado.) Todos los miembros del hampa fueron convocados a una cena en Perth Amboy donde Columbraro les comunicó que debían cesar todas las guerras intestinas y que a partir de ese momento tenían que vestirse con decencia y dejar de andar escabulléndose por todas partes. Las cartas, que antes se firmaban con una mano negra, en el futuro terminarían «con nuestros mejores deseos», y todo el territorio se dividiría en partes iguales, quedando Nueva Jersey para la madre de Columbraro. De ese modo, nació la Mafia o Cosa Nostra (literalmente, «mi pasta de dientes» o «nuestra pasta de dientes»). Dos días más tarde, Columbraro se metió en una bañera para darse un buen baño y hace cuarenta y seis años que no se le ha vuelto a ver.

Estructura de la Mafia

La Cosa Nostra está estructurada como cualquier gobierno o gran corporación, o grupo de gangsters, pongamos por caso. En la cima está el capo di tutti capi, o jefe de todos los jefes. Las reuniones se realizan en su casa, y tiene la obligación de ofrecer pinchitos y cubitos de hielo. Dejar de hacerlo significaría la muerte instantánea. (La muerte, dicho sea de paso, es una de las peores cosas que pueden ocurrirle a un miembro de la Cosa Nostra y muchos prefieren simplemente pagar una multa.) Por debajo del jefe de todos los jefes están sus oficiales, cada uno de ellos gobierna un sector de la ciudad con su «familia». Las familias de la Mafia no consisten en una mujer y niños que siempre van a lugares como el circo o a hacer picnics. En realidad, se trata de grupos de hombres más bien serios cuya mayor satisfacción en la vida consiste en contemplar cuánto tiempo puede alguien permanecer sumergido en el río East antes de empezar a hacer gárgaras.

La iniciación en la Mafia es algo bastante complicado. Al miembro propuesto se le tapan los ojos y se le conduce a un cuarto oscuro. Se le llenan los bolsillos de pedazos de melón Cranshaw y se le obliga a saltar sobre un solo pie gritando: «¡Viva! ¡Viva!». Luego todos los miembros del consejo de administración, o com­missione, le tiran del labio inferior y se lo sueltan de golpe. Algunos hasta desean hacer esto dos veces. A continuación, le ponen granos de avena en la cabeza. Si se queja, queda descalificado. Sin embargo, si dice «muy bien, me gusta la avena en la cabeza», recibe la bienvenida de la hermandad. Esto se hace besándole en la mejilla y estrechándole la mano. A partir de ese momento, no se le permite comer chutney, divertir a sus amigos imitando a una gallina ni matar a nadie llamado Vito.

Conclusiones

El crimen organizado es una plaga en nuestra nación. Si bien muchos norteamericanos resultan engañados y empiezan una ca­rrera en el crimen con la promesa de una vida fácil, la mayoría de los criminales deben trabajar durante largas horas, a menudo en edificios sin aire acondicionado. Identificar a los criminales depende de cada uno de nosotros. Por lo general, se les puede reconocer por los grandes gemelos que suelen llevar y porque no dejan de comer cuando al hombre que está sentado a su lado se le cae un ancla encima.

Los mejores métodos para combatir el crimen organizado son los siguientes:

1. Decir a los criminales que no estás en casa;

2. Llamar a la policía siempre que un número insólito de hombres de la Compañía de Lavado Siciliano empieza a cantar en el vestíbulo de tu casa;

3. Grabaciones.

Las grabaciones no pueden ser empleadas de modo indiscrimi­nado, pero su eficacia queda ilustrada en esta transcripción de una conversación entre dos jefes de banda en el área de Nueva York cuyas llamadas telefónicas fueron grabadas por el F.B.I.:

Anthony: ¿Hola? ¿Rico?

Rico: ¿Hola?

Anthony: ¿Rico?

Rico: Hola.

Anthony: ¿Rico?

Rico: No te oigo.

Anthony: ¿Eres tú, Rico? No te oigo.

Rico: ¿Qué?

Anthony: ¿Me oyes?

Rico: ¿Hola?

Anthony: ¿Rico?

Rico: Hay un cruce.

Anthony: ¿Me oyes?

Rico: ¿Hola?

Anthony: ¿Rico?

Rico: ¿Hola?

Anthony: Operadora, hay un cruce.

Operadora: Cuelgue y vuelva a llamar, señor.

Rico: ¿Hola?

Gracias a esta prueba, Anthony (El Pescado) Rotunno y Rico Panzini fueron condenados y en este momento descuentan quince años en Sing Sing por posesión ilegal de alcohol de menta.

image

Foto: María

De Cuentos sin Plumas, PARA ACABAR CON LA MAFIA – WOODY ALLEN

23 de Septiembre de 1965

Ataque al cuartel militar de ciudad Madera, Chihuahua

Un grupo de trece personas, dirigido por el profesor rural Arturo Gámiz García e integrado por maestros, estudiantes y líderes campesinos –cansados de los abusos, explotación, agravios y despojos de los caciques, ganaderos y compañías madereras y algodoneras cobijados por Práxedes Giner Durán, gobernador, general y rico terrateniente-, atacan el cuartel militar de Ciudad Madera, Chihuahua.

Laura Castellanos (México Armado) narra los hechos con base en documentos y testimonios directos:

“Llegan sigilosos par el sur. Cubiertos por la penumbra que antecede al alba, se deslizan hacia las modestas instalaciones del cuartel militar de Ciudad Madera. Son trece jóvenes que, sin el apoyo de dos grupos que esperaron en vano, echarán a andar su plan: realizar un asalto relámpago para obtener armamento, tomar la población, expropiar el banco local y transmitir un mensaje revolucionario a través de la radioemisora local para internarse de nuevo en la majestuosa sierra chihuahuense. La acción era parte de las tácticas militares recomendadas por el manual Guerra de guerrillas de Ernesto Che Guevara para ejecutar acciones de golpeteo y así incrementar la acumulación de fuerzas del que era el primer foco de insurrección mexicano.

Pero esta acción superaba en riesgo a las anteriores. El grupo de estudiantes normalistas, maestros y campesinos se lanzaba a un ataque suicida que buscaba sorprender a ciento veinte militares. Estaban decididos: ese 23 de septiembre de 1965 irrumpirían en el cuartel de la población rural de Madera, municipio del mismo nombre, al suroeste de Chihuahua, poniendo enjuego sus propias vidas.

Cautelosos toman posiciones. Uno de ellos se queda en el camión, en la retaguardia, mientras los demás se reparten en los cuatro puntos cardinales. AI de menor edad lo colocan en el sitio mas lejano y seguro; cuatro se ubican en la Casa Redonda, donde había una oficina de la compañía maderera Bosques de Chihuahua; cuatro más son apostados en las afueras de la iglesia y la escuela mientras los tres restantes se acomodan en el terraplén de la vía de ferrocarril. De frente, a unos treinta metros, estos últimos tienen las barracas castrenses. A sus espaldas, una llanura de más de dos kilómetros los separa de la sierra devastada por Bosques de Chihuahua.

La tropa se alista para el desayuno. Alas 5:45 de la mañana un grupo de militares salen formados de la barraca principal y cruzan la pequeña explanada. De pronto, de un momento a otro, en medio de la negrura que aún no se levanta, truena la balacera. Desconcertados, los soldados se lanzan pecho a tierra al tiempo que oyen gritar: ¡Ríndanse! ¡Están rodeados! ¡Ríndanse!

Los uniformados del interior de la barraca salen presurosos con las armas en la mano. Disparan a diestra y siniestra y los que están echados al piso rápidamente se incorporan al contraataque. Los minutos se precipitan y el sol muestra lentamente su amenaza. Las siluetas comienzan a hacerse visibles. Urge la retirada. El grupo guerrillero intenta resistir con desesperación. Arroja sus bombas de fabricación casera y granadas; dispara sus rifles calibre 22, escopetas 30-06, fusiles de siete milímetros. El tiroteo se prolonga por hora y media.

Cuando deciden replegarse ya no les es posible. El tronido de las descargas ahoga la orden de retirada. Otro grupo de soldados les tiende un cerco por detrás de la vía. Sólo Guadalupe Escobel, Florencio Lugo, Ramón Mendoza, Francisco Ornelas y Matías Fernández logran huir. El paso intempestivo del tren anuncia el fin de la tragedia de los ocho guerrilleros que no logran salir de ahí. Uno a uno sus cuerpos caen sin vida en la tierra seca. Cesa el tiroteo. Los primeros rayos del sol tocan apenas los cadáveres aun tibios entre el reguero de casquillos.

Los militares acomodan uno allado del otro a los insurrectos muertos: Pablo Gómez Ramírez, medico y profesor normalista, dirigente dl PPS y de la UGOCM; Miguel Quiñónez Pedroza, director de la Escuela Rural Federal de Ariseachic; Rafael Martínez Valdivia, profesor normalista; Oscar Sandoval Salinas, estudiante normalista; Salomón Gaytan Aguirre y Antonio Escobel, campesinos; Emilio Gámiz Garda, estudiante, y su hermano Arturo, maestro rural, cuyo rostro queda despedazado. Solo Pablo rebasaba los treinta años, los demás eran menores de veinticinco.”

Sin experiencia guerrillera, ni conocimiento preciso del terreno ni de la capacidad de fuego de los militares y sin contar con refuerzos la acción fracasa. Como resultado del enfrentamiento, de los 125 soldados que había en el cuartel murieron los sargentos Nicolás Estrada Gómez y Moisés Bustillos Orozco, el cabo Felipe Reyna López y los soldados Jorge Velázquez y Virgilio Yánez Gómez.

Los cadáveres son exhibidos en la plaza principal de Madera para atemorizar a quien pretenda enfrentarse al gobierno y al ejército. La gente organiza su velorio y su entierro, pero el cura del lugar Roberto Rodríguez Piña se niega dar los santos óleos porque tilda de comunistas a los bisoños guerrilleros muertos. El general Práxedes Giner Durán, ordena que sean sepultados de inmediato y sin ataúdes en una fosa común: “¡Querían tierra, denles tierra hasta que se harten!”

image

Según Florencio Lugo, guerrillero sobreviviente, el ataque fracasó porque no tuvieron a su favor el factor sorpresa y no pudieron estallar el depósito de gasolina que incendiaría el cuartel, ya que fueron traicionados por el mismo militar que los entrenó para el ataque: el capitán retirado Lorenzo Cárdenas Barajas.

La acción contraguerrillera se extenderá por todo Chihuahua y en los diarios nacionales. El ejército se movilizará por toda la ciudad de Madera y la sierra. En la prensa, Giner Durán minimizará los hechos (“podrían haber sucedido en un baile o en una cantina”) y los etiquetará de “locos mal aconsejados”; Jesús Reyes Heroles declarará que el comportamiento de los atacantes corresponde a “drogadictos ideológicos” y Roberto Blanco Moheno los tachará de “agitadores de poca monta.” Sólo se alzará la voz de Víctor Rico Galán que en la revista “Sucesos”, cuestiona la mención honorífica otorgada a los soldados de Ciudad Madera por su bizarro comportamiento:

“EI «bizarro comportamiento» que el secretario de la Defensa se sintió en el caso de elogiar consistió en apresar, maltratar y vejar a decenas de campesinos de Madera y la zona aledaña; consistió en pasear por todo el pueblo, en un camión de redilas y a la intemperie, los cadáveres de los sublevados; consistió en impedir que los familiares, que ya tenían los cuerpos en bolsas de lona para darles sepultura en Chihuahua, se los llevaran; consistió en arrojar los cadáveres a la fosa común; consistió en quitar el pañuelo que el periodista Pedro Muñoz Rocha puso sobre el rostro del doctor Pablo Gómez; consistió en obligar a los parientes a presenciar los honores rendidos a los soldados, rodeándolos de asesinos a sueldo de los caciques de la región.”

El PPS se deslindará de los hechos y pedirá actuar con fuerza y decisión para restaurar el orden en la zona y una posición similar sostendrá la UGOCEM, que ya había roto su relación con aquel partido.

El presidente Díaz Ordaz por un lado, mandará tropas apoyadas por la aviación para cercar a los sobrevivientes: por el otro, ordenará el auxilio inmediato a las familias de la región mediante despensas CONASUPO; creará como una nueva unidad especializada en la lucha antiguerrillera y antisubversiva a la Dirección Federal de Seguridad (DFS) dirigida por el capitán Fernando Gutiérrez Barrios; y expresará en su siguiente informe: “nos decepcionaría una juventud conformista o resignada, pero México tampoco quiere una juventud que abrace con incauta pasión todas las causas o que se deje tomar como instrumento dócil al servicio de intereses bastardos o como caja de resonancia de estériles desahogos. “

Profesor Arturo Gámiz en mitin campesino

Profesor Arturo Gámiz en mitin campesino

El dirigente del grupo guerrillero, Arturo Gámiz García, fue un joven profesor normalista dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México UGOCM, que promovió la resistencia popular en el poblado de Cebadilla de Dolores, municipio de Madera, sistemáticamente saqueado por las compañías mineras estadounidenses. Participó en el Movimiento de Liberación Nacional, y ante la desintegración del mismo, convocó al Primer Encuentro en la Sierra Heraclio Bernal en Dolores en octubre de 1963, para encontrar nuevas formas de lucha y promover la toma de tierras de los latifundistas por los campesinos, como lo venía haciendo la UGOCM en otras partes de la República. El gobierno del Estado aprehendió a Gámiz y a otros participantes.

Congreso de la UGOCM en Cd. Madera, Chih. Óscar González (Al micrófono) Dr. Pablo Gómez (Escribiendo)

Congreso de la UGOCM en Cd. Madera, Chih.
Óscar González (Al micrófono)
Dr. Pablo Gómez (Escribiendo)

En respuesta, Salomón Gaytán y sus seguidores iniciaron acciones violentas: volaron los puentes de la familia Ibarra y ajusticiaron a Florentino Ibarra. Al ser liberado Gámiz se unió al autodenominado Grupo Popular Guerrillero y así continuaron acciones tales como dinamitar la estación de radio de los terratenientes y asaltos a funcionarios y policías. En los primeros meses de 1965 se les sumó Pablo Gómez.

A principios de este año también, el grupo organizó en Torreón, el II Encuentro de la Sierra de Chihuahua “Ignacio Bernal”, entre cuyas resoluciones se concluía que el único camino era la lucha armada contra el sistema para establecer el socialismo: “Estamos convencidos de que ha llegado la hora de hablarles a los poderosos en el único lenguaje que entienden; llegó la hora de que las vanguardias más audaces empuñen el fusil porque es lo único que respetan y escuchan; llegó la hora de ver si en sus cabezas respetaban las bala, ya que razones nunca les entraron; llegó la hora de apoyarnos en el 30-30 y en el 30-06, más que en el Código Agrario y la Constitución…Vencer o morir”.

Al cacique Emilio Rascón lo enjuiciaron y le obligaron a donar seiscientos pesos para la escuela; a Roberto Jiménez le incendiaron su fábrica de licor por haber violado a una joven, repartieron la producción entre los obreros y destruyeron la lista de sus deudores.

El 23 de mayo pasado, en ausencia del profesor Arturo Gámiz García, el grupo sorprendió a varios soldados de la 5ª. Zona Militar, cerca del rancho Las Águilas, que se encontraban patrullando la comarca, en Las Moras, municipio de Madera, Chihuahua. Los atacantes hirieron a tres soldados y tomaron las armas y el radio transmisor del pelotón, se internaron en la sierra de Chihuahua y dado el éxito del ataque, planearon realizar el asalto al cuartel hoy.

Armamento de los guerrilleros

Armamento de los guerrilleros

Quince días antes del ataque, los guerrilleros publicaron el siguiente desplegado dirigido al gobernador en el diario local “Índice”:

Nos hemos levantado en armas para hacer frente a los cacicazgos, como el de José Ibarra y Tomas Vega, una vez que agotamos los medios legales sin fruto alguno, una vez que nuestros esfuerzos fracasaron en virtud del apoyo incondicional que el gobierno del estado proporciona a los caciques que por décadas se han dedicado impunemente a explotar como bestias a los campesinos, a humillarlos, a asesinarlos, a quemarles sus ranchos, robarles su ganado y violar sus mujeres.

Hemos declarado varias veces que estamos dispuestos a dejar las armas a condición de que se someta al orden y a la ley a los caciques, como Ibarra, y se repartan las tierras que mediante despojos y asesinatos han acaparado. La respuesta suya ha sido enviar más de dos mil soldados a liquidarnos y armar bandas de conocidos asesinos que nos persiguen con saña.

Hemos dicho y lo repetimos: no queremos matar soldados, nada tenemos contra ellos siempre y cuando respeten a las familias. Los consideramos de clase pobre y explotada que están al servicio únicamente por necesidad, teniendo que soportar el despotismo y los abusos de sus superiores. Nuestra lucha no va dirigida contra el ejército sino contra los caciques […].

Usted con sus torpezas y sus caprichos ha agravado todos los males del estado, le hemos pedido que reconozca su incapacidad y renuncie y salga del estado que tan mal ha servido. Se lo repetimos ahora: renuncie y váyase del estado o lo sacaremos a la fuerza cueste lo que cueste y corra la sangre que corra.

Sierra de Chihuahua,

Arturo Gámiz y Salomón Gaytán.

El 3 de abril de 1966, los guerrilleros sobrevivientes del ataque al cuartel de Ciudad Madera, dirigidos por Óscar González Eguiarte, organizarán el Movimiento 23 de Septiembre y antes de ser reprimidos por las fuerzas federales provocarán un descarrilamiento del Ferrocarril Chihuahua-Pacífico en Drake, a 70 kilómetros de Ciudad Madera, en la frontera con Estados Unidos. Sobre las vías destruidas pondrán una manta con la siguiente leyenda: “Al pueblo de México: Defiende tus derechos, ya no soportes más injusticias, como son los asesinatos cometidos por órdenes de caciques y latifundistas y explotaciones por las grandes empresas que sirven al imperialismo. ¡Abajo el cacicazgo! ¡Viva la libertad!”

Concluye Fritz Glockner (Memoria Roja): “El ataque al cuartel de ciudad Madera, se convertirá en símbolo de la lucha guerrillera en México, pues su acción marcará el inicio de las guerrillas modernas en el país…sin lugar a dudas, se está ante el nacimiento del primer grupo guerrillero en México, el cual pretende justificar desde una reflexión teórica y el análisis puntual de la realidad las razones de su lucha armada, dejando atrás la simple indignación localista provocada por las injusticias de los campesinos de la zona. Ahora se trata de crear un foco revolucionario que promueva los cambios estructurales dentro del país entero; aun cuando las gestas de Jaramillo ya se habían suscitado y, de igual manera, se contaba con su Plan de Cerro Prieto, los alcances en el estado de Chihuahua pretendían irradiar más horizontes en comparación con el proyecto campesino del estado de Morelos.”

Años más tarde, en 1973, la Liga Comunista 23 de Septiembre recordará con su nombre a estos jóvenes guerrilleros que pretendieron ingenuamente iniciar una revolución socialista para salvar a México de la miseria y la injusticia.

Memoria política de México. /D. Carmona

7:19

La memoria es una piedra y las piedras son miradas, ¿qué seremos después?

En el valle lleno de ventanas, una mañana se quiebra, silencio se envuelve en el polvo de los escombros y los gritos, los inevitables gritos.

Un parpadeo, el día se vuelve noche en la ciudad de luz sin luz. Las paredes ya no escuchan, las calles insisten y de las piedras emergen los cuerpos, los alientos, los alivios. Las manos de todos son ojos y los ojos se vuelven luz.

Un milagro, tras milagro, tras milagro…

Ahí fue donde quedó septiembre, entre algún lugar de las 7:19 y los fierros retorcidos, donde despertó un poco de memoria, la conciencia y la nobleza chilanga que no se puede explicar con palabras.

image